martes, 29 de enero de 2019

Entre el olvido y la esperanza



Por: Sabrina López Camaraza, estudiante de periodismo 
música tradicional
Entre el olvido y la esperanza
La poesía oral improvisada, el repentismo, patrimonio cultural de la nación cubana, reclama el lugar que le corresponde en la literatura
Escasos son los jóvenes que muestran gusto por la música campesina y, por lo general, la rechazan por considerarla «fuera de tiempo». Sin embargo, Carlos Marrero, poeta y repentista de 17 años, tiene por herencia paternal la poesía oral improvisada y cuando le preguntan por su pasión, gusta responder en forma de verso: El repentismo cubano/ habla su precioso idioma/ y la décima es paloma/ que vuela por loma y llano./ En su pico lleva un grano que en los bolsillos germina./ Y con la tonada fina/ de su música risueña/ Palmas y Cañas enseña/ su tradición campesina.
ORIGEN DE LA DÉCIMA CANTADA
En el siglo XVII, cuando la décima como estrofa hace su entrada en la literatura cubana, se entona la espinela cantada-improvisada en voz de los campesinos de origen canario, siendo estos los que arraigan la tradición en nuestro suelo, sobre todo, en la región occidental de la Isla.
Una de sus características es el origen campesino, considerada por esto «la cenicienta de la literatura cubana». Varios fueron los poetas que la ignoraron, cuando no, despreciaron. Para estos, la literatura que se hacía alrededor de los bohíos era una inferior literatura que nada podría tener de interés. De esto se lamenta amargamente, desde 1960, el escritor y artista Samuel Feijóo, en la introducción a su libro Los trovadores del pueblo: del olvido a que estaban sumidos los poetas populares y de cómo se les ignoraba en tantos textos literarios, culpando de esto a la ceguera de los traficantes de la cultura en uso.
Por desgracia, esta situación no ha cambiado. En el libro El arte de la fugacidad, la socióloga Patricia Tápanes Suárez, miembro del Centro Iberoamericano de la Décima, declara que «las personas, y en especial los jóvenes, rechazan a la décima improvisada por no dejar ver sus raíces y vinculación con el campo, como si fuera bochornoso o denigrante pertenecer a él. La cultura campesina no tiene un carácter peyorativo, no demerita con respecto a la cultura cubana.
Dejan sepultado bajo la indiferencia, el desinterés y el desconocimiento a algo que es parte de nuestra identidad cultural por lacerantes prejuicios sociales».
PRESENCIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
La poesía oral improvisada tiene una escasa presencia en los medios de comunicación del país. En Teoría de la Improvisación, libro del cantante, narrador, poeta y repentista Alexis Díaz-Pimienta, este expone que la prensa escrita ha dado poca atención al repentismo en todas sus épocas. Insuficientes reportajes, escasas entrevistas, ninguna crítica, han contribuido al ostracismo de este arte, a su desconocimiento y subvaloración. Este «silencio cómplice» y la falta de crítica especializada, han contribuido también al fuerte sentimiento de abandono que tienen los improvisadores.
Para Mileydis Fundora, asesora de la Televisión Cubana, «los espacios de televisión y radio dedicados a música campesina no dan abasto para el amplio y diverso público existente. Palmas y Cañas es el programa de la televisión más antiguo de Cuba. Son 55 años en la defensa de las diferentes expresiones de la melodía criolla, dignificando y rindiendo el merecido lugar a los campesinos y a sus herencias por los aportes a la cultura cubana».
Arturo Cabrera, poeta y escritor, considera que «Cuba es portadora de muy buenos decimistas, quienes con su obra dejan publicaciones que se perpetúan en el sentir del pueblo, pero delibera que para revitalizar la décima es necesario abrir paso desde la base hasta las editoras, para que los cultivadores no se sientan hacedores de un fruto mal valorado y con ello lograr cada día sean menos quienes prefieran cambiar su inclinación hacia el verso libre u otras formas más atendidas».                                                                                                                                         El mérito de que Palmas y Cañas  haya perdurado en el aire durante tantos años, su director José Miguel Mena no solo lo atribuye al equipo de realización que no descansa para evitar el esquematismo, el aburrimiento o el cansancio, sino que la verdadera virtud radica en el sacrificio de los artistas invitados, quienes por sus propios medios llegan para participar en él.
                               Pie de foto: Palmas y Cañas es el programa más antiguo de la televisión cubana
LA MUJER EN LA IMPROVISACIÓN
«El canto improvisado reúne a las personas, funda auditorios y somete a rituales, las hace partícipes y espectadoras, cómplices y jueces; es, también, salvación y poder».
Históricamente, mientras el hombre improvisaba versos, la madre velaba del hogar y escuchaba de lejos. Esto frenó la incursión de muchas mujeres dentro del repentismo. Penoso es el hecho de ver a la improvisación como un arte solo de hombres.
El poeta cubano Emiliano Sardiñas considera innegable que en distintas épocas «ha existido alguna que otra mujer improvisadora, causando el asombro y la admiración, pues ellas han sido víctimas de varios prejuicios por su acercamiento a la improvisación».
Yunet López, repentista y periodista confesó en una entrevista que es un orgullo andar por el mundo de la poesía oral, el que pareciera destinado a los hombres. Esta poeta considera que el escaso número de mujeres improvisadoras en Cuba obliga a realizar un estudio sobre esa situación y sus causas: «Tonadistas, las que cantan la décima con diversas melodías, pero no la improvisan, sí existen muchas. Es un anhelo mío recorrer Cuba en busca de aquellas mujeres con talento y orgullo de la poesía popular».
                  Pie de foto: Tomasita Quiala (arriba) y Yunet López son dos de las mujeres repentistas más reconocidas
ABANDONO INVESTIGATIVO
En Teoría de la Improvisación, uno de los más exhaustivos trabajos investigativos realizados sobre la improvisación, Díaz Pimienta relata sus experiencias durante la Feria del Libro de La Habana 1994. En esa ocasión visitó la caseta de cinco países hispanohablantes donde se cultiva el repentismo, pero halló para su sorpresa y desencanto que no había un solo título sobre el tema, de la misma forma que ninguna editorial cubana tenía un libro sobre la improvisación de décimas en Cuba. Al respecto, manifestó: «Aquello, además de alarmarme, me demostró la escasez de estudios, sordera y ceguera ante esta manifestación de arte popular y, por consiguiente, la carencia de bibliografía sobre el tema».
Patricia Tápanes trabaja en la realización de un archivo textual y videográfico para guardar y rescatar el patrimonio cultural campesino. Explica la necesidad de realizar acciones para salvaguardarlo, pues «dentro de 20 años no tendremos nada. Por desgracia, ahora la herencia está en las manos de los archiveros particulares, sobre todo, en el tema de la grabación porque los archiveros no investigan, pero poseen lo que nosotros como institución no tenemos».
¿SE APAGA LA TRADICIÓN?
Los campesinos son los que en la mayoría de las regiones del país donde se improvisa mantienen vivo este arte que va adentrándose en las ciudades con lentos, pero inevitables pasos.
Se trata de buscar un lazo de unión entre las instituciones y la comunidad. Ejemplo de esto son los talleres de repentismo. La provincia de Mayabeque, con fuerte arraigo musical en el verso improvisado, cuenta con varios, entre ellos, el Taller Especializado de Repentismo Francisco Pereira, en el municipio de Nueva Paz. Su director, Orestes Pérez Sagle, es fundador de estas instituciones en Cuba.
«Si de talento se trata seguimos creciendo, pues impresionantes son las estrofas que se componen con elevadísimo vuelo poético. Trabajamos en preparar a los niños y jóvenes en diferentes manifestaciones de la música guajira y aunque no sean profesionales, por lo menos logramos educar un público capaz de respetar, reconocer y valorar su acrecentamiento», opina Pérez Sagle.
La más curiosa y olvidada de nuestras manifestaciones poéticas ante tantos infortunios debe sentirse orgullosa con poetas improvisadores como Carlos Marrero, quien afirma: Mantener la tradición/ es de vital importancia/ por la genial elegancia/ que hay en la improvisación./ Pero tiene la nación/ el relevo bien seguro/ Porque el verso claro y puro/ que sueña con el laúd/ está en nuestra juventud/ creciendo para el futuro.
 https://youtu.be/a5a5gbWdD7Q
Pie de foto: Última controversia entre Justo Vega y Adolfo Alfonso